NOTA DE ANDREA EN REVISTA "SEMANARIO"

Andrea se lució en Mujeres Asesinas junto a Martín Seefeld y Malena Solda. “Fue un papel muy distinto a todos”, dice. Necesitaba un cambio y por suerte lo pude experimentar en todo sentido, ahora estoy mucho más tranquila, relajada y ya no me rebajo por un poco de amor, mi hija me cambió la vida”. La que habla es Andrea del Boca, que a los 41 años y con mucha agua corrida bajo el puente vuelve a la televisión para interpretar un capítulo del unitario “Mujeres Asesinas”, donde bajo las órdenes de Daniel Barone -y en compañia de Martín Seefeld y Malena Solda- se puso en la piel de “Sonia, una chica que esconde una historia de abuso por parte de su padre, que luego se repite con su marido hasta que se entera que él tiene una amante y se desborda. Fue un gran desafío y trabajé mucho los matices de este personaje tan distinto a todo lo que hice”. Es la primera vez en sus 38 años de carrera que Andrea interpreta a un personaje tan oscuro. Fue durante varias décadas la heroína elegida por todos -menos por muchos sectores de la prensa, que desde que ella era chica se encargaron de restarle méritos-, se besó con los mejores galanes de la Argentina y ahora, con algunos fracasos a cuestas, se pone al hombro su próximo proyecto. Con su flamante empresa Andel Producciones y con una nueva apuesta al trabajo en familia - su padre Nicolás del Boca en la dirección; su cuñado Enrique Torres en los libros y su hermana Anabella en el vestuario- planea poner en pantalla su proyecto más esperado: “Perla negra 2” por canal 13. “Decidí abrir mi propia productora y elegí esta historia para arrancar porque es la que mejor me representa. Esta mujer tiene un espíritu muy especial, que se repone a la adversidad y vuelve a creer en el amor a pesar de todo, mucho que ver con la Andrea de esta nueva etapa”, se sincera. Ahora mientras termina de negociar con Adrián Suar la franja horaria que ocupará en el segundo semestre del año, la actriz decidió volver al ruedo con todo. “Quise ponerme al frente de la telenovela porque de esta manera puedo venderla al exterior, a donde llegaron todos mis productos anteriores”. Para la segunda parte de este éxito que protagonizó junto a María Rosa Gallo y a Gabriel Corrado en 1995, todavía no definió galán pero sigue en la búsqueda. En la misma búsqueda, pero en un plano mucho más íntimo y sereno, está por estos días su corazón. Después de la escándalosa separación de Ricardo Biasotti, el padre de su hija Anna -que acaba de cumplir seis- Andrea no blanqueó ningún romance aunque la vinvularon con personajes de lo más diversos: Gerardo Sofovich, Adolfo Rodríguez Sáa y Jorge “Corcho” Rodríguez. “Con Gerardo nos conocemos de toda la vida y nos une una gran amistad. A Rodríguez Sáa ni lo conozco pero sí me encontré con su hermano en varias ocasiones y con “Corcho” no hubo nada, solo nos unieron cuestiones laborales”, aclara hoy, aunque muchos aseguran que con el ex de Susana, con quien llevó adelante el fallido proyecto “Sálvame María” hubo más de lo que ellos dicen. “Estoy muy relajada con el tema. En otro momento me pesaba no tener pareja y andar sola por la vida. Pedía perdón a los hombres por ser exitosa, algo que a muchas de mis parejas les costó asimilar. Vivía llorando y ahora todo eso cambió. No me siento obligada a estar con alguien para no sentirme sola ni mirada raro y mucho menos le voy a presentar a alguien antes al periodismo que a mi hija. Bastante caro pagué eso”, dice remontando a su relación con Ricardo Biasotti, cuyo saldo le dejó un sólo aspecto positivo -seguramente el mejor de su vida- y varios dolores de cabeza. Hagamos memoria: Andrea y Ricardo tuvieron un fugaz romance que a los pocos meses se materializó en el embarazo de la actriz. La separación no tardó en llegar y los problemas judiciales tampoco. Él la demandó por prohibirle ver a la menor y ella porque él no le permitía viajar a los Estados Unidos con la nena, donde le venía realizando un tratamiento para recuperar la visión, un problemita que Anna traía desde su nacimiento y que se acrecentaba con el tiempo. En la actualidad, su hija ve casi normalmente, pero ella sola sabe las horas de papelerio y llanto que le costó lograrlo, sobre todo cuando el caso se hizo público y Andrea salió por los medios a pedir ayuda para que la justicia acelere su caso. Su odisea no fue en vano, no sólo por la mejoría de su hija sino también porque la actriz decidió montar la Fundación Andrea del Boca para colaborar en situaciones en que no se cumplen los derechos de los niños. “A mí se me facilitaron las cosas porque soy una persona pública y la situación económica me permitió viajar una y otra vez al exterior por culpa de la burocracia que demoraba todo pero sé que hay casos en los que no se respetan los derechos de los chicos y los padres no tienen las mismas posibilidades que tuve yo”, cuenta ahora más relajada pero no por eso menos comprometida con la causa. “Todo lo que me pasó con Anna además me sirvió para ser mejor mamá. Me cambió la escala de valores. Estoy muy dedicada a ella, miró sus cuadernos todos los días, me levantó a la madrugada para bajarle la fiebre y trato de acompañarla a todos lados. Soy una mamá súper presente”, dice orgullosa al momento de hacer un balance. El ser madre, también la relajó con el cuidado del cuerpo. “Se le pone mucha presión a la mujer con respecto a la imagen. En otros lugares del mundo esto no sucede y hay espacio para todas. Si como poco me estoy faltando a mi naturaleza así no pienso hacerlo. ¿Qué ejemplo le doy a mi hija? Hay cada vez más chicos de seis años comiendo postrecitos light porque dicen que están gordos. La verdad es que me preocupan la bulimia y la anorexia y no quiero eso para mì ni para ella”, dice. Bien plantada y con las ideas más claras, atrás quedó esa nena que conmovía a todos en Papá Corazón. Andrea es una mujer con ganas de hacer cosas y sobre todo, de amar .

http://www.revista-semanario.com.ar/ed_1458/nota_03.htm