
lunes, 7 de enero de 2008
El show de la maternidad

—¿A qué se debe este cambio? —Me gustó el desafío. Soy una persona a la que no le gustan las estructuras. Todo cambia. Para mí es bueno porque lo veo como crecimiento. Es explorar y transitar distintos caminos, y que siempre salga algo bueno. Hacía tiempo me habían propuesto distintos proyectos para conducir, pero por ese entonces no me pareció que fuera el momento.
—¿Y por qué este programa en particular? —Hay ciclos que son de entretenimiento puro y algunos sólo de corte social. Pensé que estaba bueno poder mostrar las dos cosas juntas. No pretendo enseñar nada a nadie, sino plantear ciertos temas y aprender de ellos. Hay que tratar de unir porque la verdad es que no podemos esperar que el Estado, el gobierno de turno o la escuela nos solucionen los problemas. Tenemos que tratar de hacer algo y me parece que está bueno que un medio tan popular como es la televisión, que se mete sin pedir permiso, accione.
—¿Pensaste que podrías convertirte en un referente? —La verdad no me siento modelo ni ejemplo ni nada. Soy una madre a la que le pasan las mismas cosas que a cualquier mamá. También somos madres que al mismo tiempo no abandonamos nuestras profesiones, porque deseamos ser alguien en la vida. A veces hay un peso de si llegás a un lugar es porque sos la esposa de, o la hija de... Cuando escuchaba el discurso de nuestra Presidenta decía justamente eso, a veces tenemos ese peso agregado. Eso lo tenemos que revertir. Las mujeres estamos demostrando nuestras capacidades. No somos ni mejores ni peores. Sólo depende de lo que trabajemos para conseguirlo.
—¿En qué estado está “Perla negra 2”? —Mi idea como productora era armar un equipo de producción para comenzar a exportar y poder generar la misma oportunidad que a mí me dieron. Después la realidad tuvo que ver con realidades económicas que a una la exceden. Había mucho conflicto y tironeo con los actores y las productoras independientes. No quiero presionar, pero siento que no es el momento. Ya va a llegar.
—¿Te resultó desgastante producir? —No, me encantó. Soy una kamikaze. Pero empezar algo para interrumpirlo diez días es un costo muy alto que como productora independiente no lo iba a poder asumir. No puedo a mitad de grabaciones decir: “Muchachos, no seguimos”. Y no creo que la ficción lo merezca.
—¿Qué tan difícil es encontrar buenas propuestas de ficción? —La época del teléfono blanco que llamaban a Greta Garbo se terminó. Hay que salir a generar proyectos porque a veces te ofrecen lo que los demás quieren ver de vos y está en uno mostrar otra faceta, lo que en realidad te gustaría hacer. Hay gente que por ahí no se anima, a mí me gustó, por ejemplo, estar en Mujeres asesinas.
—¿Cómo te viste? Mala, muy mala. Tendría que hacer más seguido ese tipo de papeles. Me sale muy creíble (risas). Me gustó correrme del lugar de la heroína sufrida. Hay mucho estereotipo en televisión. Yo fui una de las primeras que peleó para cambiarle ese tono a las chicas buenas, permisivas, para convertir un personaje más combativo, más contestatario a través del humor.
—¿Encontraste en la actualidad alguna sucesora? —Nadie hereda el lugar de nadie. Una es la que se gana, de a poco, su propio espacio. Edición Impresa Domingo 6 de Enero de 2008 Año II Nº 0223 Buenos Aires, Argentina
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Siempre Andrea
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LA MAMA DEL AÑO
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